El agua es el componente más importante del planeta, ocupa las tres cuartas partes de su superficie. Sin embargo solamente el 3% es agua dulce y de ésta, menos del 1% es apta para el consumo humano.
Del agua depende el frágil equilibrio ecológico del concejo, pero la facilidad con la que se puede acceder a este recurso natural parece restarle importancia.
Utilizarla de forma sostenible supone cubrir las necesidades de la población sin derrocharla, devolviéndola sin contaminar al entorno después de su uso, para que los ríos, riberas y fuentes mantengan su estado natural.
El agua se mueve continuamente en un ciclo natural: la energía del sol favorece la evaporación, la gravedad hace que se precipite a la atmósfera en forma de lluvia o nieve cuando se condensa, una parte es recogida por las plantas y otra se filtra por la tierra acumulándose en los acuíferos o acabando en los ríos, hasta llegar al mar, donde vuelve a iniciarse el proceso.
En su recorrido natural el agua aporta nutrientes para la vida. La intervención humana ha modificado este ciclo natural: se desvían y canalizan los ríos, se contamina con productos y residuos…
A pesar de esa intervención, el agua, en mejores o peores condiciones, acaba realizando su ciclo natural, de forma que bebemos y utilizamos las mismas gotas de agua, una y otra vez, compartiéndola con otros seres vivos.
En el concejo de Mieres se utiliza el agua del río Aller y de otros abastecimientos menores, procedentes de manantiales que proporcionan agua suficiente para satisfacer las necesidades de la población.
El agua es imprescindible en la práctica totalidad de las actividades humanas. Más del 63% de la distribución total del agua registrada en Asturias se realiza en los hogares. Los hábitos de consumo de las vecinas y vecinos son determinantes en la sostenibilidad de este recurso.
La Organización Mundial de la Salud considera que con 100 litros de agua al día por persona se pueden cubrir todas las necesidades. En asturias se consumen 184 litros.
Es tan poco el valor dado al agua que se utiliza la misma calidad para consumir (beber y cocinar) que para eliminar nuestros residuos cuando hay sistemas de depuración que permiten reutilizar el agua.
Cambiando nuestros hábitos en aquellas actividades que más agua consumen se pueden producir importantes ahorros. El 74% del consumo medio de agua se produce en el aseo personal y en el inodoro.
Derrochar agua no mejora las condiciones de vida. Utilizando únicamente la necesaria participamos en dejar un planeta habitable a las generaciones futuras.
- Abastecerse de agua embotellada en lugar del agua del grifo supone un coste adicional (el agua mineral se paga unas 225 veces más cara que la del grifo), además de los problemas ambientales que lleva asociados: consumo de energía en el transporte y la contaminación producida, a la que se ha de añadir la provocada por los envases, tanto en producción como en eliminación.
- Abre los grifos según las necesidades para hacer un consumo sostenible de agua. Derrochar agua no mejora la calidad de vida solo dilapida un recurso natural.
- Una gota de un grifo por segundo supone una pérdida de hasta 30 litros de agua al día.
- Colocando dispositivos de ahorro en los grifos se puede ahorrar hasta el 40%.
- No es necesario abrir los grifos a tope. Un caudal moderado es suficiente, desperdiciando así menos agua. Los grifos monomando regulan mejor la temperatura y ahorra hasta un 50% de agua.
- Fregando los platos con el grifo cerrado, ahorrás unos 80 litros de agua al día.
- Lavando la fruta y la verdura en un bol se ahorran 10 litros de agua, y se puede utilizar ese agua para regar las plantas, por ejemplo.
- Enjabónate, cepíllate los dientes o aféitate con los grifos cerrados. Un grifo abierto consume unos 10 litros por minuto.
- Ducharse consume 5 veces menos que bañarse.
- No utilices el váter como basurero. Cada vez que se descarga la cisterna se usan entre 5 y 10 litros de agua.
- Coloca sistemas duales de descarga de cisterna, de doble botón o con interrupción. Puedes reducir el consumo de agua a la mitad.
- Lavar el coche con una manguera consume 10 veces más agua (unos 500 Litros) que si se hace con un cubo y una bayeta.
- Los electrodomésticos de bajo consumo ahorran agua y energía. En el etiquetado se refleja la cantidad de agua consumida.
- Una lavadora eficiente ha de consumir menos de 70 litros por ciclo. Un lavavajillas menos de 15 litros.
- Utiliza la lavadora y el lavavajillas a carga completa y el lavado económico. Ahorrarás un 40% de agua.
- Un programa corto en la lavadora consume 50 litros menos que uno largo.
- Las lavadoras de carga frontal no precisan llenar el tanque para lavar la ropa, las de carga superior sí. Las de carga frontal utilizan un 60% menos de agua y un 40% menos de detergente.
- No utilices detergentes con fosfatos (advertido en la etiqueta), producen un crecimiento excesivo de las algas de los ríos alterando el ecosistema.
- Descongelar los alimentos bajo el grifo puede consumir hasta 15 litros de agua.
- El riego en horas de baja insolación reduce las pérdidas por evaporación.
- Arrojando por el desagüe restos de aceites, pinturas, o disolventes se dificulta la depuración de las aguas. Si esos vertidos van a un cauce, se forma una película en el agua que impide el intercambio de gases, asfixiando la vida que hay en él.
- En las lavadoras o lavavajillas poner más cantidad del detergente recomendado supone mayor contaminación y gasto sin obtener mejores resultados.
- Los perfumes y colorantes de los detergentes no limpian.
- Sustituye los productos convencionales por otros más ecológicos y naturales.
- El uso de productos peligrosos da como resultado un agua residual que puede contener compuestos tóxicos en lejías perjudiciales para el entorno, además de partículas de suciedad.
- Reducir el consumo de agua es una de las propuestas más sostenibles y adecuadas para mantener su ciclo natural con pocas alteraciones.