Casa Consistorial

La actual Casa Consistorial data del año 1862, iniciándose el expediente para su construcción en abril de 1852 con una aportación de la Diputación de 52.000 reales de vellón. Tras sufrir varios retrasos, las obras finalizan en 1862 y en años sucesivos se realizaron los remates y ornamentación del edificio y su entorno. En los años 1875 y 1876 ocurren sendos incendios que obligan a trasladar temporalmente las dependencias municipales a un local de alquiler.

El 29 de diciembre de 1898 el arquitecto D. Miguel de la Guardia presenta un proyecto de reformas entre las que figura el cambio de la torre del reloj. La construcción de este reloj fue encargada a D. Moisés Diez, siendo instalado en diciembre de 1903. Fue sustituido por el actual en 1986.

En el año 1954 se aprueba la reforma y ampliación del Ayuntamiento, añadiendo nuevas dependencias a las existentes. Posteriormente, en el año 1.986 se efectúan obras de remozamiento general de la Casa Consistorial que adquiere el aspecto que ofrece actualmente.

El edificio consta de planta rectangular con su fachada principal en un lado mayor hacia la calle Ramón y Cajal, retrasado respecto a ésta generando la plaza de la Constitución, y con la trasera abierta a los Jardines del Ayuntamiento.

Cuenta con tres plantas, más bajocubierta, cubriendo a cuatro aguas con teja cerámica. Destaca el frente, porticado en el bajo en una crujía abierta en arco carpanel con buenos sillares.

El piso noble se abre mediante balcones de gran tamaño, enfatizándose el central por disponer el vuelo sobre repisa de fábrica con balaustres decorados y por tener un frontón curvo partido con emblema, frente a los restantes que se enrasan y tener el frontón más clásico. Destaca en su interior la decoración del Salón de Sesiones a cargo de Félix Granda Buylla.

El segundo piso tiene vanos de menor tamaño, disponiendo en el eje central una cartela con inscripción. Presenta entablamento de inspiración clásica y remata dicha calle central con templete enmarcado por volutas, con pilastras de capitel decorado, que alberga el reloj. Culmina con un tejadillo de inspiración oriental que resguarda la campana y sobre el cual se dispone una veleta.

Los laterales tienen también una disposición regular de los vanos, con recercos de sillar, y la trasera original está encubierta por un cuerpo añadido en el tercer cuarto del siglo XX, con un piso más.

En 1862 se grabó en su fachada el que era por aquel entonces el escudo de Mieres: Cruz de la Victoria dentro de una rueda dentada, de la que sobresalen en aspa los atributos de martillo y pala. Destaca en su interior la decoración del Salón de Sesiones a cargo de Félix Granda Buylla.