Vía verde de Returbiu (Fot.: Carlos Salvo).RUTA DEL FERROCARRIL DE BALTASARA / ITINERARIO INTERPRETATIVO DE LA GÜERIA SAN XUAN

DISTANCIA: 5,1 Km

DURACIÓN: 1 h y 15 min. / Bici: 30min. (100% ciclable)

INICIO: Plaza de Requexu (Plaza de San Xuan -Mieres-)

FINAL: Área recreativa El Carbayón (Santa Rosa)

RECORRIDO: Requexu, Muries, Costabil, Los Pontones, Returbiu, Vegaotos, Área recreativa El Carbayón


 

DESCRIPCIÓN:

La ruta comienza en la conocida Plaza de San Xuan del barrio de Requexu para avanzar a la vera del río San Xuan a través de la antigua trinchera del ferrocarril que transportaba el carbón de la mina Baltasara.

Saliendo de la Plaza de Requexu vamos caminando y cruzando diversos barrios hasta alcanzar el cementerio de La Belonga, ubicado a escasos 500 metros del lugar de partida. Algo más alejado, en la margen izquierda, contemplaremos el antiguo Hospital Álvarez Buylla.

Seguimos de forma paralela a la carretera AS-111 hasta encontrarnos con la barriada minera de Muries, paseando entre bosque de ribera por los pueblos de Costabil/Cuestavil y Los Pontones.

El paisaje urbano y rural acapara este primer tramo hasta llegar a Returbiu, lugar en el que una impresionante escultura en homenaje a la bicicleta nos da la bienvenida. Avanzamos camino para aproximarnos a las ruinas de las explotaciones de carbón que atrajeron a miles de trabajadores de toda España.

Ya en la localidad de Vegaotos encontramos las instalaciones del Pozu Tres Amigos y poco más adelante llegaremos al área recreativa de El Carbayón, escombrera minera restaurada y lugar en el que el sendero toca a su fin. Sin embargo, merece la pena alargar la ruta medio kilómetro para descubrir el entorno singular que domina la imponente arquitectura del Pozu Polio.

 

PUNTOS DE INTERÉS:

  • Plaza e iglesia de San Xuan, cementerio de La Belonga, antiguas instalaciones de mina Baltasara, bicicleta gigante del parque público Emilio Murcia (Returbiu), Pozu Tres Amigos, Pozu Polio.

 

OBSERVACIONES:

  • Este sendero se ha convertido en un pequeño itinerario patrimonial gracias a la instalación de paneles interpretativos que ponen en valor el entorno y permiten conocer la historia de un territorio estrechamente vinculado y marcado por la actividad minera.
    El itinerario interpretativo de La Güeria San Xuan es un proyecto subvencionado por la Consejería de Presidencia, Reto Demográfico, Igualdad y Turismo del Principado de Asturias.

 


ITINERARIO INTERPRETATIVO DE LA GÜERIA SAN XUAN

Este sencillo itinerario aprovecha un antiguo trazado ferroviario minero, en concreto el conocido como Ferrocarril de Baltasara, puesto en funcionamiento en 1892 por Fábrica de Mieres para sacar la producción de carbón del Grupo Baltasara y llevarla hasta los lavaderos y factoría. Estuvo en funcionamiento hasta 1984 para luego convertirse en una senda verde muy transitada y que recorre La Güeria San Xuan.

El recorrido se inicia en la emblemática Plaza San Xuan, en Requexu, lugar de reunión donde disfrutar de una buena sidra. La senda, asfaltada en todo su recorrido, tras cruzar el pequeño río San Xuan, va cruzando diversos barrios hasta llegar a orillas del cementerio de La Belonga, el cementerio de Mieres, inaugurado en 1881 y que cuenta con dos espacios claramente diferenciados, el cementerio católico y el civil, destacando entre sus tumbas la del escritor Vital Aza, en el primero, o la del minero y sindicalista Manuel Llaneza, en el segundo.

La senda sigue su camino por una zona frondosa donde diversas especies autóctonas como castaños y robles nos dan sombra. Y casi sin darnos cuenta llegamos a Muries, barriada minera que sigue el modelo de las colominas y que se debe al desarrollo industrial y minero de mediados del siglo XX, cuando Fábrica de Mieres entra en un proceso de modernización que, entre otros aspectos, significó la profundización del Pozu Polio, lo que a su vez implicó la llegada de gran cantidad de personas a las que se hizo necesario alojar, de ahí que, en colaboración con el régimen franquista, la empresa levantara esta barriada compuesta por un centenar de viviendas para los trabajadores. Se trata de un paternalismo a partir del cual se ofrece vivienda a cambio de control social y anulación de clase, es decir, se utiliza la arquitectura con un fin ideológico. Muy cerca, unos años antes, se inauguró el Hospital Álvarez Buylla, cuyas instalaciones estuvieron en funcionamiento hasta 2014, momento en que se traslada a la localidad de Santuyano.

Avanzando el camino se llega hasta un viejo cargadero que, aunque nada tenga que ver con esta mina, nos anuncia la proximidad de Mina Baltasara, grupo que se comenzó a explotar en 1861 de la mano de Numa Guilhou y cuya vida se prolongaría hasta la década de 1960, cuando el yacimiento se agota y Fábrica de Mieres centraliza su producción en el Pozu Polio. De ese pasado, en Baltasara aún se puede ver la bocamina, así como varios edificios que acogieron las oficinas, los talleres o las caballerizas.

Desde Baltasara se puede llegar a Returbiu por dos caminos, bien siguiendo el trazado de la senda por la parte baja del valle o ascender unos metros y continuar por la orilla contraria, cruzando dos túneles del viejo ferrocarril. Ambas opciones confluyen en el actual parque Emilio Murcia, donde nos recibe la escultura de una gran bicicleta, cuyas ruedas son dos poleas de castilletes mineros. Este punto es conocido como “el retroceso”, nombre que se debe a la maniobra que realizaba el ferrocarril, pues para evitar el fuerte desnivel existente hasta Baltasara, llegaba hasta aquí por el fondo del valle y posteriormente retrocedía en suave desnivel por la ladera, por el lugar en el que están los túneles que antes cruzamos.

Returbiu es la gran barriada obrera de La Güeria San Xuan, con seiscientas viviendas finalizadas en 1960 que acogieron a 3.500 personas. Hay que entenderla como una misma promoción junto con Muries, siendo su objetivo el mismo. Además de los bloques, llama la atención la gran iglesia en el centro del barrio, toda una intención de la ideología del régimen franquista que la promovió. Además de la arquitectura propia de la época, este barrio siempre se caracterizó por el carácter reivindicativo de sus vecinas y vecinos, hasta el punto de que, las propias Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, le pusieron el apelativo de «la pequeña Rusia».

Dejando atrás Returbiu la senda aprovecha el trazado ferroviario abierto en 1954 con el objetivo de alargar la línea de Baltasara hasta Polio, una ampliación que va por la ladera, sobre el valle, pasando por encima de Vegaotos, lugar donde se creó el Sindicato de los Obreros Mineros de Asturias (SOMA) en 1910. Y casi sin darnos cuenta, surge entre el arbolado el castillete del Pozu Tres Amigos, que, junto con el polvorín, la sala de máquinas y el castillete de profundización, son los únicos elementos que se conservan de esta explotación, la última que cerró en el valle allá por el año 2000.

La explotación de este yacimiento se iniciaría a finales del siglo XIX, aunque habría que esperar hasta 1916 para encontrarnos la profundización de un primer pozo de la mano de la Sociedad Minas del Caudal y del Aller. Sin embargo, sería el empresario José Sela y Sela quien haría de este yacimiento lo que fue. Así pues, en 1939 crea la Sociedad Mina Tres Amigos y profundiza un nuevo pozo, con un castillete de acero roblonado que ya estaba en funcionamiento tres años más tarde. Posteriormente, en 1962, se reprofundiza el pozo, lo que hace necesario construir un nuevo castillete, que es el que ha llegado hasta nuestros días. Este pozo se integraría en Hunosa en 1969, recibiendo el nombre de Tres Amigos, ya que hasta ese momento era conocido como Pozu San José o Pozu Sela. Su cierre en el año 2000 supondría el cese de la actividad minera en La Güeria San Xuan.

Siempre siguiendo el trazado ferroviario, que en esta ocasión se dirige a Polio, llegamos a El Carbayón, una antigua escombrera minera restaurada y reconvertida en área recreativa. Aquí finaliza la senda, pero merece la pena ascender hasta Santa Rosa y continuar unos metros hasta las instalaciones del Pozu Polio, donde sus “castilletes gemelos” son todo un icono. Este grupo se puso en funcionamiento a mediados del siglo XX por parte de Fábrica de Mieres; en concreto se comienza la profundización de los pozos en 1954, finalizando dos años después. Se trata de un conjunto único que forma un gran bloque siguiendo las corrientes funcionalistas propias de Europa, con la utilización del hormigón, el revestimiento cerámico vítreo y las grandes carpinterías de hierro y vidrio, creando un conjunto totalmente simétrico donde los protagonistas son sus dos castilletes, de casi cuarenta metros de altura y únicos en Asturias. Separadas del conjunto se encuentran las grandes tolvas de hormigón construidas en 1962.

El Pozu Polio se integraría en Hunosa en 1967, cerrando de manera definitiva en 1992, cuando aún contaba con 500 trabajadores. Siempre fue una explotación moderna, de los pozos más avanzados que hubo, no solo en sus inicios, sino tras su integración en Hunosa e incluso en el momento de su cierre, época en la que estaba a la vanguardia en cuanto a mecanización y automatización. Por ello hay quien piensa que el cese de la actividad se debió a su elevada conflictividad, pues el compromiso de sus trabajadores en la defensa de las libertades democráticas y derechos laborales fue una de sus señas de identidad.

La Güeria San Xuan ejemplifica lo que es un paisaje cultural vinculado a la actividad minera. Un territorio que pasaría de ser una zona agrícola y ganadera, con caserías dispersas, a una zona minera e industrial, con un cambio de paisaje causado por una primera minería de montaña con sus bocaminas, planos y trincheras. La llegada de las grandes barriadas mineras y los castilletes a mediados del siglo XX o las cicatrices de la minería a cielo abierto a finales de esa misma centuria son buen ejemplo. Todo ello sin olvidar el cambio social y cultural que supuso y que todavía hoy pervive, junto con un patrimonio industrial único y singular, así como lugares vinculados a la memoria y lucha obrera y democrática. Por ello, este recorrido nos permite conocer una historia aún latente y, sobre todo, rendir homenaje a la actividad minera y a sus gentes.

Imágenes y texto: Toño Huerta


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